El llanto de la luna.!

EL LLANTO DE LA LUNA

Por: Yenary

Yo he visto llorar a la luna, ella quería quitarse la vida; no quería que la vieran nunca mas…
Posé mi cuerpo sobre el Kilimanjaro para escuchar mejor, ahí vi volar sus lagrimas de un lugar a otro, como miles de enjambres y parvadas de cuervos, como esos huracanes que matan. Desde aquí se puede ver el azul violeta del cielo, la traición de la tarde y el escondite del traidor, aquel sol que con su energía sedujo a la hermosa dama de blanco.
Lo se, no hay solución para este tipo cosas…

No quieres vivir mas, quieres dejar un tremendo agujero en el cielo, brota de ti la sensibilidad de tus palabras, tu amor se ha ido. Yo también soy débil, porque sufrí como tu, si quieres espéralo, si quieres llora por el y deja que los mantos oscuros y fríos apaguen la noche con la lluvia, pero no estas sola y no te veré caer sola.

Abajo danzan las hadas cubiertas de platas, cubiertas con el polvo de los riscos de tus montañas, alucinadas en trajes de medusa y alas de zafiro: ¡La señora se muere!
No voy a huir pero correré sobre el Valle de Imuris y Aribabi, correré sobre las almas secas, siento el pasto hasta mi cintura, suben en mí las arañas. No me detengo, escalare para secar tus lágrimas, ahora yo te necesito, te haré un traje verde y amarillo para que nadie te vea, préstame tu rostro pues pintaré el cielo de blanco y lloraré por ti.
Te ves herida y marchita, tal vez millones de termitas hubieran devorado tus esperanzas… pero fue aquel traidor… tu alma esta dañada y tu recuerdos colgados.
El te ha olvidado… ¿Acaso no lo entiendes?

Un día el sol se enamorará de otra estrella y se unirán para siempre, iluminarán todo el Universo con flores de mil colores y todos los habitantes comentarán que existió un amor tan grande que no podía igualarse con nada, algunos seres harán casas con esos pétalos para llamar a la suerte y a la energía para el amor.
Contigo me siento un ángel, vivo con la pequeña luz que me das, pero él se aleja, imaginaré que te puedo llevar en mis alas, pero no sufras, el ya no volverá ¡No llores!
Los duendes con gorros en forma de hongo me vieron pasar, no dijeron nada, ellos presenciaban a los gatos que cantaban felices vestidos todos en color púrpura. Grandes columnas de diamante se formaban a la caída de las lágrimas. ¡El llanto de la luna! Ella fue traicionada y a nadie le importaba, las hadas sonreían y las miradas eran frías.
¿No me vas a alumbrar?... ¡Ya no veo nada… no quiero verte llorar! ¡No caigas! ¡No te dejare caer!